Fue la sede de los reyes cingaleses desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Fue declarada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1982. La atracción turística de esta ciudad es en gran parte gracias a “Los Budas de Gal Vihara”; son tres grandes budas esculpidos en una pared rocosa. El primero se presenta sentado, en meditación; el segundo en pie, con los brazos cruzados sobre el pecho, postura que representa la iluminación; el tercero, de quince metros de longitud, está acostado, en el nirvana. Este último está considerado la estatua más perfecta y misteriosa de Sri Lanka.