Al levantar la mirada os quedaréis boquiabiertos ante semejante grandeza de 370 m de altura que irrumpe en el paisaje. Sigiriya, moldeada con arte y coronada por ruinas, es un imponente misterio que un maravilloso museo intenta diseccionar. Se sudará la gota gorda para subir a la cima, pero vale la pena.